Todo surge en la mente de un ucraniano que decide emigrar a Estados Unidos, su nombre es Jan Koum. En el año 1997 fue contratado por Yahoo! y allí conoció a Brian Acton, quién más adelante será una figura clave en esta historia, el socio co-fundador de WhatsApp. Ambos se hicieron muy amigos y trabajaron codo con codo dentro de esta compañía durante casi 10 años.
Se dice que la idea surgió en la cabeza de Koum porque el gimnasio al que iba diariamente no aceptaba el uso de teléfonos móviles y perdía muchas llamadas durante el entrenamiento. Como solución, se le ocurrió que en la lista de contactos de nuestro móvil apareciera junto al nombre una etiqueta sobre el estado (en casa, en el gimnasio, ocupado, en línea, etc). De esta forma, permitiría a otros usuarios saber si esa persona estaba disponible para poder hacer o recibir llamadas o mensajes.
Fue en febrero de 2009 que fundaron la empresa y la llamaron WhatsApp. Este curioso nombre es el resultado de un juego de palabras entre What’s up?, que significa «¿qué pasa?» en inglés, y App, la abreviatura de la palabra application (aplicación) también en inglés.
Algo que distingue a esta aplicación es que se decidió que no tuviera anuncios publicitarios ni juegos.
Los inicios del WhatsApp no fueron fáciles, fallaba y no tenía muchos usuarios y tuvieron que hacer varias modificaciones. Fue a principios de la década de 2010 cuando WhatsApp ya es una alternativa rápida y útil para comunicarse con otras personas. Además, el hecho de que la aplicación fuera sin anuncios y gratuita ayudó mucho a consolidar la imagen que tiene hoy en día.
WhatsApp… el crecimiento que nunca se imaginó
WhatsApp siguió creciendo, pero fue en el 2014 cuando el creador de Facebook, Mark Zuckerberg adquirió la aplicación por 19.000 millones de dólares.
Esta transacción será muy significativa en la historia de la tecnología moderna, ya que con esta compra, la empresa de Zuckerberg se convierte en la propietaria de las redes sociales con más usuarios del mundo: WhatsApp, Facebook e Instagram.
Una de las principales condiciones que estableció Koum a la hora de vender su empresa a Zuckerberg fue que la plataforma siguiera manteniendo su esencia inicial. Una app segura con respeto por la libertad de expresión y privacidad de sus usuarios. De esta forma, WhatsApp seguía trabajando de forma independiente a Facebook.
Pero en el 2018 se destapa el escándalo de Cambridge Analytica, una empresa que se había encargado en 2016 de la campaña publicitaria política de Donald Trump. Manejando información proporcionada por las plataformas de Zuckerberg: Facebook, Instagram y por supuesto WhatsApp.
Con esto Jan Koum decide renunciar a su puesto en la compañía, que él mismo creó, por no coincidir con dichas ideas.
Se calcula que en la actualidad WhatsApp cuenta con 2,000 millones de usuarios y que cada día se envían cerca de 100 mil millones de mensajes. Increíble… ¿Verdad?
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